Tradición Repostera Molinos, S.L., nace en el año 2020 instalándose en el Barrio de Triana en Sevilla, fruto de la idea de andaluces naturales de Arjonilla (Jaén), pueblo olivarero y cerámico situado en la Campiña Norte de Jáen, quienes pretenden mantener y recuperar tradiciones reposteras andaluzas, mezclando la tradición y lo rústico con el vanguardismo, respetando sabores tradicionales que empezaban a quedar en el olvido, empleando como ingredientes para la elaboración de productos los mismos que se empleaban a principios del siglo XX.
El origen de esta empresa, localizada en la actualidad en la Calle Rodrigo de Triana próximo a la Plazuela de Santa Ana y la Calle Betis junto al Río Guadalquivir en el Barrio de Triana de Sevilla, se sitúa en los primeros años de 1900 con un obrador de panadería situado en la Calle Llana de Arjonilla, propiedad de la familia Cuesta, dedicado a la fabricación de pan y dulces rústicos como son roscos de vino, roscos de anís, roscos de manteca, roscos de pan quemado, tortas finas, tortas de pan y hornazos entre otros.
Posteriormente, a mediados del siglo XX la familia Cuesta abrió otro obrador en la Calle Molinos de Arjonilla, disponiendo de dos obradores, ampliándose la oferta de repostería y así se comenzó a hacer almendrados, sultanas de coco, suspiros, perrunas y todo tipo de dulces tradicionales dentro de la repostería andaluza y más concretamente de la provincia de Jaén.
A continuación, aproximadamente en el año 1960, el obrador situado en la Calle Molinos comenzó a especializarse en repostería y pastelería y así desarrolló un dulce, conocido como “Cristinas” donde se mezclan sabores tan genuinos como el de la vainilla con la canela o el limón, dando lugar a un dulce abizcochado donde se aprecia con intensidad los sabores anteriores y resulta muy suave al paladar. Al mismo tiempo, comenzaron a hacer bollería como brevas y bollos de chocolate o roscos de viento, empanadillas de chocolate, tortas de alcázar y tortas de leche.
A principios de los años 70 del siglo XX en el obrador de la Calle Molinos ampliaron la variedad de productos y así comenzaron a realizar dulces como tartas y hojaldres.
A principios del siglo XXI, durante los primeros años de los años 2000, tanto el obrador de la Calle Llana como el obrador de la Calle Molinos volvieron a sufrir una transformación importante, con el cierre de uno de ellos y con la elaboración de nuevos dulces típicos andaluces en el obrador que continuó abierto, como polvorones de almendra, de chocolate y de coco además de pestiños, torrijas y borrachuelos, continuando siempre con la elaboración de los dulces que se venían haciendo desde los primeros años de 1900, siendo elaborados siempre con las mismas recetas que sus antecesores.
Posteriormente, a partir del año 2010, principalmente a causa de jubilaciones familiares, la elaboración de estos productos, realizados a base de productos tradicionales ha ido cayendo poco a poco en el olvido, motivo por el que estos emprendedores andaluces han decidido crear en el año 2020 Tradición Repostera Molinos, S.L., implantando la empresa en la ciudad de Sevilla en el histórico Barrio de Triana, al objeto de impedir que se pierdan tradiciones andaluzas, recuperar y dar a conocer al mundo sabores tan genuinos, intensos, rústicos y tradicionales como se hacían en los primeros años de 1900 en Andalucía, empleando para ello el recetario de la familia Cuesta, al mismo tiempo que ampliando el recetario antiguo con nuevos dulces o postres de repostería tradicional y rústica andaluza como pueden ser alfajor, gachas tradicionales, gachas de chocolate, gachas de plátano, gachas de fresa, huevos nevados, tocino de cielo y yemas entre otros donde se mezclan los diferentes sabores, respetando siempre los ingredientes básicos del recetario existente, como son: harina, sal, azúcar, huevo, leche, manteca de cerdo, vino blanco, anís, canela, limón, naranja, vainilla, matalahúva, cacao en polvo, coco y almendra entre otros.